Ecuador

El rostro oculto de Cascabel No todo lo que brilla es oro

Carlos Zorrilla, Alberto Acosta

“Las fábulas deben enseñarse como fábulas, los mitos
como mitos y los milagros como fantasías poéticas.
Enseñar supersticiones como verdades es de lo más terrible.
La mente del niño las acepta y las cree, y solo a través de gran dolor
y quizá de la tragedia él puede, después de años, aliviarse de ellas”
Hipatia, filósofa griega

Las serpientes de cascabel son unas de las especies de víboras más venenosas que se conocen. Son reconocibles por el característico sonido de su cascabel en la punta de la cola. Su utilización puede ser interpretada como una señal acústica para advertir de su presencia. Una suerte de anuncio de peligro. Quizás eso representa mejor la mina Cascabel en la provincia de los lagos: Imbabura; una explotación minera que ha recibido un primer beneplácito gubernamental.

Con un tremendo tronar de cascabeles, lo que equivaldría decir con bombos y platillos, el gobierno de Daniel Noboa anunció la firma del contrato de explotación con la empresa transnacional Solgold para el megaproyecto minero Cascabel el 5 de junio, justo el Día Mundial del Ambiente. El ruido con que se la presenta públicamente es enorme…

Sacudiendo aún más los cascabeles, con el consiguiente eco de la gran prensa, el viceministro de Minas Diego Ocampo, no dudó en afirmar que “este contrato representa una nueva era de desarrollo económico para Ecuador, demostrando nuestro compromiso con la promoción de la inversión y el desarrollo sostenible en el sector minero”. Ya lo experimentamos cuando se embarcó el primer barril de petróleo de la Amazonía en 1972. Desde entonces, este ritual de bombásticas declaraciones se ha repetido cuando se presenta “el descubrimiento” de nuevos yacimientos, ahora mineros mientras declinan inexorablemente las reservas petroleras.

De la propaganda cascabelera al veneno de la realidad

Bien sabemos, que cuando suena el cascabel de la víbora hay que estar advertidos o puesto en buen romance minero, no todo lo que brilla es oro. Con la información disponible, que no es suficiente, podemos auscultar algunas cuestiones de este proyecto ubicado en el cantón Lita de la provincia de Imbabura, con una superficie de casi 5 mil hectáreas de concesión.

Fue presentada como la mina de cobre más grande de Ecuador, con un enorme potencial de plata y oro. Se espera una inversión de aproximadamente 4.200 millones de dólares, durante los 28 años de vida útil del proyecto. Y, de acuerdo a los cálculos de la empresa, pero pobremente sustentado, se obtendrían unos 5.549 millones de dólares de ingresos para el Estado por concepto de impuestos durante la vida útil del proyecto. Las regalías totales se calculan llegarían a 1.611 millones de dólares (57 millones al año, como lo reconoció públicamente el ministro de Finanzas). Este proyecto no diferirá del resto de proyectos en marcha, que no cumplen con el artículo 408 de la Constitución, que establece que el Estado debe recibir más del 50 por ciento de los beneficios.

En cuanto al empleo, y dependiendo de las fuentes de información, generaría entre 3.000 a 3.700 puestos de trabajo durante la construcción de la mina, y bajaría a unos 1.200 puestos durante la operación.

Cabe indicar, por más mal que les caiga a los promotores de este concierto de cascabeles, que todo lo imaginado se basa en varios supuestos poco convincentes. Para empezar las cifras utilizadas por la prensa, gobierno y empresa, se sustentan en datos que no son totalmente confiables, pues, según la definición de normativas existentes, parten de un estudio de prefactibilidad, es decir de datos previos. Además, las cifras presentadas como ingresos, no solo que están sujetas a los normales vaivenes de la cotización de los minerales en el mercado, sino que, como se ha comprobado una y otra vez, en la práctica son susceptibles de diversas manipulaciones y acciones que terminan minimizándolas, tal como sucede cuando inflan los costos de los equipos que importan, para mencionar un punto concreto.

Hay unos cuantos detalles más que no pueden pasar desapercibidos. Según reportes de prensa, con la firma del contrato para la explotación la empresa consiguió que se le grave con el 20% al impuesto a la renta; un porcentaje menor del que pagan muchas empresas. El porcentaje de las regalías queda flotando entre del 3% y el 8% del valor de los minerales exportados; lo que, en realidad, si nos remitimos a la experiencia, significa que apenas pagarán el 3%. Mientras tanto, los pagos para mantener la concesión son de tan solo 46 dólares por hectárea (un 10% del salario básico unificado).

Se conoce que la empresa también se aseguró el derecho de acudir a tribunales internacionales para proteger sus inversiones, a pesar de la prohibición constitucional, ratificada mayoritariamente en la recientes consulta nacional.

La tecnología que se empelará en este proyecto merece una atención especial por sus impactos ambientales. Se propone realizar minería tipo block caving o de hundimiento de bloques, que es más cara que la de a cielo abierto y demora en recuperar la inversión; una actividad que demanda complejas tecnologías y no se conoce si esta empresa tiene experiencia con ellas.

Pero más allá de eso, se trata de una mina subterránea que demanda brutales cantidades de agua. El proyecto requerirá bombear 16,8 millones de litros de agua cada día solo para mantener seca el área de extracción. El impacto será notable a las fuentes de agua de todas las comunidades del sector y más que todo, para las que se encuentran aguas abajo de la mina. Para tener una idea del volumen de agua que deberá ser bombeado, hay que tener en cuenta que supera lo que ciudad de Ibarra consume diariamente. Para esta actividad necesitarán 12 subestaciones de bombeo y 56 bombas operando las 24 horas al día, 7 días a la semana.

Esto implica que será necesario garantizar el suministro eléctrico sin interrupciones, un reto bastante complejo en nuestro país. Según el estudio de prefactibilidad, se requerirá de una potencia de no menos de 200 megavatios. La empresa cuenta con la construcción de nuevas hidroeléctricas en el sector. También espera que el gobierno colabore cobrando una tarifa 23% más baja de la establecida para las industrias. Y, esto sin mencionar las mejoras en infraestructura que necesitarán para transportar el material refinado a la costa y a una de las relaveras.

Aquí cabría incorporar los impactos a las actividades productivas de las comunidades adyacentes, en lo que se refiere a las pérdidas en agricultura, turismo, artesanías, a más de los impactos sicosociales que, como bien sabemos, son enormes e incuantificables: en suma, el monto de los subsidios perversos y ocultos crece de forma acelerada; costos que jamás son incorporados en los estudios de costo-beneficio de las empresas. El impacto que tendría en la red freática de agua es impredecible, sin embargo, si se puede esperar que las fuentes de agua de las comunidades cercanas y más aún las que se encuentran aguas abajo de la mina terminen siendo afectadas.

Es muy grave que en el estudio de prefactibilidad de la mina no se incluya ni un centavo para cubrir contingencias, que son normales en este tipo de actividad extractiva. Para tener un par de referencias, solo recordemos que en el caso del colapso de la relavera del proyecto minero Brumandinho, en Brasil, que provocó en el año 2019 una brutal devastación ambiental y social, con la muerte de 270 personas: las autoridades brasileñas exigen un pago de 7 mil millones de dólares En la catástrofe de Mariana, del año 2015, el gobierno de Brasil hace poco rechazó la oferta de las empresas Vale, Samarco y BHP de pagar por indemnización 25.000 millones de dólares, por los daños que provocó el tsunami de lodo que mató a 19 personas y que contaminó en 600 kilómetros al río Doce ocasionando una monumental avalancha de contaminación de decenas de kilómetros en el océano Atlántico. Para el cierre de la mina de Solgold se destinaría menos del 2% de la inversión total: monto ridículo frente a la magnitud de los impactos que ocasionaría este trabajo subterráneo, que puede provocar crímenes ambientales -no confundir con simples accidentes- de gran magnitud.

El volumen de la mena -masa de material que contiene el mineral de cobre u oro difuminado y que es de interés económico- podría fluctuar entre 540 y 1.575 millones de toneladas a ser extraídas y procesadas; volumen que no incluye la sobrecarga existente en entre la superficie y el depósito. Este es un tema medular. Para obtener un gramo o kilogramo de mineral hay que extraer cantidades enormes de material: la mena. Así, téngase presente que por cada 6,4 kilogramos de cobre se requeriría, en promedio, extraer y procesar unos 1000 kilogramos de mena; en el caso del oro, solo medio gramo por tonelada, y 1,6 gramos por tonelada en el caso de la plata. Tomando en cuenta que aparte de oro, plata y cobre, el yacimiento contiene plomo, mercurio, antimonio y arsénico, que provocan graves afectaciones ambientales, es muy irresponsable no designar un monto significativo para no solo el cierre y abandono de la mina, sino para contingencias.

Hay muchos más temas preocupantes. El lugar de las piscinas de relaves o relaveras es otra cuestión clave, en especial tratándose de una zona sísmica. Además, para extraer la mena de las enormes cavernas subterránea se necesita una cinta transportadora subterránea de casi 7 kilómetros, lo que implica, entre otras cosas, remover millones adicionales de toneladas de sobrecarga solo para llegar al sitio de donde se pretende extraer la mena. De allí surge otra pregunta: ¿dónde pretenden colocar las escombreras?; es decir esos millones de millones de toneladas de materiales sólidos que en contacto con el aire y el agua de lluvia provocan el drenaje ácido de mina que puede afectar el entorno por cientos de años…

Para cerrar este punto, cabe tener presente es que las empresas nunca divulgan toda la información que permitiría construir un cuadro más acotado a los impactos que producirá su actividad.

La Cascabel suelta en el territorio de Lita

Esta actividad minera generará múltiples impactos en las comunidades de la zona, que a más der ser una suerte de paraíso de la Naturaleza, tiene un enorme potencial turístico y tierras fértiles.

De la experiencia en Ecuador y el mundo entero podemos mencionar muchas amenazas y problemas ocasionados por la sistemática llegada de cientos, o miles de trabajadores que no son de la zona. En la conseción donde operaría la minera existe una población de 1.500 personas, unas 450 familias, en las seis comunidades campesinas. Eso significa que esas comunidades se verán literalmente invadidos por una nueva población que puede superar las 3 mil personas de fuera, compuesta de técnicos y trabajadores, cuya presencia afectará drásticamente el estilo de vida de las comunidades.

El consecuente aumento de población lleva a presionar la expansión de la frontera agrícola-ganadera en regiones vecinas y generará a su vez nuevas conflictividades sociales. Por no tener vínculos sociales o culturales con el resto de la comunidad, los nuevos moradores causarán graves problemas sociales de los cuales las mujeres y la niñez son las primeras víctimas por efecto de la delincuencia, violencias de género, incluyendo la explotación sexual y la trata de personas, drogadicción y alcoholismo, inseguridad. Si a estos procesos añadimos la militarización de los territorios (o para-militarización), se asiste -tal como ha sido documentado en otras zonas del Ecuador, en donde si impone la minería literalmente a sangre y fuego- a procesos de redefinición de los roles de género, una mayor masculinización de los espacios y una mayor re-patriarcalización de las comunidades, detonadores de nuevos y mayores procesos de inequidad de género que no se pueden soslayar.

A lo anterior habrá que añadir la criminalización, los desalojos, el hostigamiento, las persecuciones e inclusive asesinatos a opositores y opositoras. Basta ver cómo se ha impuesto la minería en muchas partes del país, como para poder anticipar que de la mano de la minería en Lita vendrán las violencias y la corrupción, que muchas veces son una condición necesaria para imposición de estas actividades extractivas. Además, como ha sucedido en toso los proyectos mineros, no se habrá realizado una adecuada consulta ambiental previa.

La Naturaleza, como es obvio, no saldrá indemne de este terricidio. En la zona se identificaron un total de 81 especies de mamíferos (de las cuales 38 son especies de murciélagos), 295 especies de aves, 51 especies de anfibios, 38 especies de reptiles y 28 especies de peces. Muchas de estas son endémicas de la región. La mayor concentración y diversidad de especies se encuentran en los parches remanentes del bosque original; sobre todo de especies de roedores. El monitoreo continuo de la flora y la fauna ha identificado especies de interés para la conservación según se define a nivel nacional en las Listas Rojas de Especies de Vida Silvestre del Ecuador y a nivel internacional según lo define la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Un total de ocho especies de vegetación, seis especies de mamíferos, 11 especies de aves y 29 especies de anfibios y reptiles están catalogadas como vulnerables o en peligro de extinción.

En síntesis, no nos olvidemos que se trata de territorios de bosques tropicales y bosques nublados que la Constitución los define como ecosistemas frágiles, los cuales protegen las cuencas hidrográficas y almacenan agua; con una gran biodiversidad que incluye especies en peligro de extinción; todo en una región sísmica y de alta pluviosidad (lo que exacerba los riesgos de contaminación del agua); donde la roca esta contaminada con metales pesados y tiene altas concentraciones de compuestos sulfurosos (que generan contaminación por drenaje ácido de mina), entre otras.

Con cascabeles no se cambia la historia

Cerremos esta primera aproximación al ensordecedor concierto de cascabeles desplegado por el presidente Noboa, la empresa australiana Soldgol, la gran prensa y los mercenarios de la mega minería, desmontando aquello que afirmó el viceministro de Minería, cuando al presentar el proyecto durante la firma del contrato, afirmó que se trata de una actividad sostenible. Aceptar que puede haber minería sostenible o incluso responsable (con quién, cabría preguntar), sería como pretender que nos traguemos una rueda de molino.

En fin, es el momento de distinguir el sonido fabulador de estos cascabeles, que anuncian más destrucción y desolación. Estamos advertidos.

FUENTES:

– NI 43-101 Technical Report on Pre-Feasibility Study For the Cascabel Project, Imbabura Province, Ecuador SolGold Plc

https://minedocs.com/25/Cascabel-PFS-03082024.pdf

– Ecuador firma contrato para la construcción de la mina a gran escala Cascabel

https://www.recursosyenergia.gob.ec/ecuador-firma-contrato-para-la-construccion-de-la-mina-a-gran-escala-cascabel/

– Reglamento de calificación de recursos y reservas mineras

https://www.enamiep.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2016/09/Reglamento-Recursos-y-Reservas-Mineras.pdf

(#) Calculos según Informe de Reserva del yacimiento Alpala 31-12-2023 (Pre-feasibility Study for the Cascabel Project)

Activista, dirigente comunitario de Intag y miembro de la organización Defensa y Conservación de Intag (DECOIN). ↑
Economista ecuatoriano. Ministro de Energía y Minas (2007). Presidente de la Asamblea Constituyente (2007-2008). ↑